jueves, 31 de julio de 2008

Teorías y sensaciones

Hoy en el mar de Aral, hemos sufrido un calor asfixiante, el mayor calor que he sentido nunca.
Seguramente los locales Uzbekos, se bebieron el mar de Aral, y en un ataque de locura por el agua salada, decidieron que sus barcos debían surcar el mar de arena para toda la eternidad.

Me pican los ojos de la arena, un viento abrasador me golpea en la cara, me duele la cabeza, tengo los labios agrietados, las fosas nasales llenas de arena, el agua hierve, llevo 48 horas sin ducha y sin cambiarme, las manos llenas de arena y alquitrán de haber estado cavando para sacar el coche, la carretera parece chicle completamente derretida por el calor, la amortiguación es dura, incomoda y chirría de continuo, estoy conduciendo y no me gusta, hace calor y tampoco me gusta, pero a pesar de todo es un trayecto espectacular y estoy disfrutando cada segundo y cada metro de la carretera.

En el coche, suena Gammaray de Beck, y seguimos surcando las carreteras Uzbekas, en busca de nada, ya que lo interesante está en el viaje, no en la meta.




Impresionante puesta de sol para acabar el día....

Y por la noche tenemos los cielos mas estrellados que existen.

PS: Como haga este calor en Mongolia, los 100km andando, tendré que hacerlos de noche (o que pensabais...)
PSS: Seguro que BMW no pensó en estas condiciones cuando pregunto ¿te gusta conducir?

1 comentario:

Eva dijo...

viva la paja mental que te has marcado en esta entrada!!! anda que como vuelvas a decirme algo de las mias....

Ahí queda eso. Sigue disfrutando.

Muakkkkkk.